
Una escena digna de pesadilla fue descubierta en el Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, el cual ha sido señalado como un presunto centro de exterminio operado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Lo que parecía un simple predio rural se convirtió en el epicentro de una brutal realidad que ha conmocionado a México entero.
Restos humanos, crematorios y objetos personales
Las autoridades hallaron restos humanos calcinados, varios hornos de cremación y cientos de pertenencias personales: pares de zapatos, identificaciones, ropa y objetos cotidianos, que sugieren que decenas —o incluso cientos— de víctimas fueron llevadas ahí para ser eliminadas sin dejar rastro.
Hasta el momento, se han identificado cuatro puntos específicos utilizados para incinerar cuerpos, lo que confirma la hipótesis de que el rancho funcionaba como un lugar sistemático de desaparición forzada.
Indignación por la inacción de autoridades
El hallazgo encendió la indignación social, no solo por la crueldad del sitio, sino por la aparente omisión de las autoridades locales. Aunque ya se habían hecho investigaciones en septiembre de 2024, no se tomaron acciones contundentes. Hoy, ese descuido pesa más, mientras familiares de desaparecidos llegan desesperados al rancho buscando cualquier indicio sobre sus seres queridos.
Críticas al gobierno
La situación también desató duras críticas hacia el gobierno federal y estatal. Organizaciones de derechos humanos y colectivos de búsqueda acusan a las autoridades de falta de estrategia y compromiso en la lucha contra el crimen organizado.
La presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete han sido señalados por no ofrecer resultados claros en la contención de estas estructuras criminales. Mientras tanto, el dolor y la incertidumbre siguen creciendo para miles de familias mexicanas.
¿Qué sigue?
Se espera que las investigaciones continúen, aunque la sociedad exige acciones concretas y castigo ejemplar. El Rancho Izaguirre ya es considerado uno de los sitios más atroces descubiertos en México, evidenciando que la violencia del narco no tiene límites… y que el Estado sigue perdiendo terreno.