
Desde que iniciaron su relación en 2014, Angelique Boyer y Sebastián Rulli no solo se han consolidado como una de las parejas más sólidas del espectáculo, sino también como una de las más coordinadas frente a las cámaras. Ya sea en alfombras rojas, entrevistas o apariciones públicas, su complicidad ha llamado la atención no solo de sus fans, sino también de los medios de comunicación.
Al pisar una alfombra roja, los actores parecen seguir un libreto tácito. Cuando uno recibe una pregunta inesperada, el otro no tarda en lanzar una mirada cómplice, como si preguntara en silencio: “¿damos la misma versión?”. Esta sincronía ha generado comentarios entre reporteros de la llamada prensa rosa, quienes señalan que ambos han perfeccionado una especie de “coreografía mediática”.
Hablan igual, ríen igual y, curiosamente, incluso esquivan preguntas incómodas con movimientos similares. No se trata solo de una buena relación amorosa, sino de una estrategia pública que ha funcionado a la perfección durante más de una década.
La pareja, que ha compartido créditos en telenovelas como Lo que la vida me robó y Tres veces Ana, ha sabido mantener una imagen pulida y coherente, alejada de escándalos. Esa misma sincronía, ahora tan característica, parece ser parte de la fórmula que los mantiene como favoritos tanto en la pantalla como en la vida real.